05 marzo 2012

¡Ha sido pura suerte...!

Desde pequeños nos han insinuado infinidad de veces que las cosas suceden por pura suerte, buena o mala, es más, te ponían incluso algunos ejemplos ilustrativos: "con tan mala suerte que le ha caído un rayo encima", "la pregunta del examen, por suerte, era la que me sabía" o " nos vamos a la tanda de penaltis y ganarla es pura suerte".

Hasta en el rosco de reyes aparece una sorpresa (buena suerte) o una haba (mala suerte) y a quien le toque esta última paga el roscón...¡maldita suerte la mía!

La suerte parece que vive continuamente con nosotros, no se despega en ningún momento: ¡qué suerte, ha sido niño! (¿pero para quien es una suerte tener un niño...para la madre o para la vecina que te lo dice porque ella sólo ha tenido cinco hijas?). Además parece que la suerte escapa a nuestro control, así que se presentará cuando menos lo esperemos.

Fernando Botella, Profesor de la EOI, defiende que la gente que se dice tener suerte, lo que tiene en realidad es un poder de manejar una serie de aspectos fundamentales, y que solo tú eres determinante de tu buena suerte, que la buena suerte se construye, se crea, se trabaja… Saber priorizar, tu suerte dependerá de qué elijas y lo que para ti es buena o mala suerte.


Tal como indica nuestro amigo y compañero en esto de la Consultoría de RRHH y Presidente de la Red Andaluza de Consultores Independientes - RACI- (http://think-global-local.blogspot.com/), Joaquín García-Tapial Arregui, en su artículo "No es cuestión de suerte": ... "hacer depender el éxito del azar es como jugarnos el futuro de la empresa a la ruleta rusa. Por eso, cada vez es más necesario que los directivos de las empresas apliquen de manera sistemática, planificada y constante una estrategia para la innovación".

Nuestro día a día está lleno de mensajes, de señales que debemos saber interpretar porque, si no lo hacemos, nunca conseguiremos que la suerte esté de nuestro lado. Aprovechar esas señales nos hará disfrutar de la vida y de nosotros mismos.

Mittels Group.