Martin Seligman, durante los
años 70, desarrolló una teoría que, en principio, sirvió para explicar el comportamiento
animal y, posteriormente, para diferentes fenómenos humanos.
Seligman descubrió que, tras
someter a un animal a descargas eléctricas sin posibilidad de escapar de ellas,
dicho animal no emitía ya ninguna respuesta evasiva aunque, por ejemplo, la
jaula hubiese quedado abierta. En otras palabras, había aprendido a sentirse
indefenso y a no luchar contra ello.
Seligman explicó el fenómeno
en tèrminos de una percepción de no contingencia entre posibles conductas de
evasión y sus nulas consecuencias: haga lo que haga el animal siempre obtendrà
el mismo resultado negativo. La consecuencia más directa del proceso es la
inacción o pérdida de toda respuesta de afrontamiento. Este es el principio de
su Teoría de la
Indefensión Aprendida.
Estas teorías se aplicarían
más tarde, comprobados fenómenos similares en el
comportamiento humano, especialmente asociados a estados depresivos.
Si lleváramos
la teoría de Seligman al ámbito laboral, podríamos encontrarnos determinadas
circunstancias que incidirían directamente sobre la ejecución de las tareas,
los factores motivacionales, el rendimiento laboral y el estrés.
Por lo tanto, debemos
conocer a dónde nos pueden llevar los errores en la educación o capacitación de
los colaboradores en la empresa, por su ausencia o por la mala implementación de
los valores personales y el adiestramiento en tareas específicas antes de
emprender un trabajo. Debemos desarrollar mapas competenciales que nos ayuden a
conocer mejor a nuestros colaboradores y ejercer con ellos acciones específicas
para mejorar su rendimiento.
Mi amiga y compañera Amalia
Revuelta, Psicóloga, Consultor Recursos Humanos y Coach Deportivo (http://www.coachingpd.com),
que conoce bastante bien la importancia de las personas en el equipo de
trabajo, refleja la importancia que cada vez más tiene para las empresas el
conocer las capacidades y actitudes que las personas pueden llegar a demostrar
en sus puestos de trabajo si emprendemos las acciones pertinentes para obtener
lo mejor de ellos.
A continuación os dejo con otro video cuya experimentación se realiza en un aula con alumnos, donde podemos observar que ante determinados estímulos contradictorios, el ser humano determina su baja o nula capacidad de encontrar soluciones y se rinde ante el fracaso.